Conocer los impactos sociales y de apropiación tecnológica, así como también, identificar algunas recomendaciones y opciones de replicabilidad de proyectos de innovación en contextos de vulnerabilidad social, son parte de las actividades que desarrolla un equipo multidisciplinario de investigadores del Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA, Universidad de Chile) y del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la universidad estatal.
Levantar información que permita sistematizar los impactos sociales del proyecto
“Invernadero geotérmico para la reinserción social en Aysén” es uno de los principales objetivos del trabajo que se encuentra desarrollando un equipo interdisciplinario en el que participa el académico del Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Aysén, el sociólogo Sebastián Ibarra y el Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA) de la Universidad de Chile. Esta investigación fue una de las doce propuestas seleccionadas a nivel nacional por el Ministerio de Desarrollo Social, a través de su concurso “Chile de todas y todos” en la línea de Análisis de Experiencias.
Dicho trabajo comenzó en febrero de 2019, ocasión en la que el grupo de investigadores inició una serie de visitas al Centro de Educación y Trabajo (CET) Valle Verde, dependiente de Gendarmería de Chile, con el objetivo de sistematizar los principales resultados de la experiencia y además desarrollar actividades de intervención que permitieran potenciar las capacidades de los distintos actores para mejorar el uso del invernadero geotérmico. Así, durante los meses de mayo se realizó una capacitación sobre modelos de negocios y se proyecta una serie de capacitación en temas relacionados la producción agrícola en invernaderos.
El proyecto
“Invernadero geotérmico para la reinserción social en Aysén” se ejecuta desde el año 2017 de manera conjunta entre el CEGA y la dirección regional Aysén de Gendarmería de Chile, para desarrollar una iniciativa de innovación energética y agrícola en un contexto de alta vulnerabilidad social, en este caso, al interior de uno de los centros de educación y trabajo que la institución penitenciaria administra en la región.
El proyecto permitió climatizar los invernaderos que trabajan los internos, posibilitando de esta manera, romper con la estacionalidad agrícola, además de promover la participación y reinserción social de los internos, quienes han sido parte fundamental de su implementación. Esta experiencia posicionó al CET Valle Verde en un centro de innovación tecnológica a nivel internacional, recibiendo el año 2018 el premio
GEOLAC Industry Awards, el que reconoce el impacto social y ambiental de este tipo de iniciativas.
En este sentido, el trabajo del equipo de investigación se ha centrado en sistematizar e identificar las prácticas que promovieron y/o dificultaron los procesos de reinserción social de los internos, y además conocer el nivel de apropiación tecnológica del proyecto, considerando los factores institucionales y socio-culturales de la comunidad que han facilitado u obstaculizado dicho proceso.
Sebastian Ibarra, académico de la Universidad de Aysén, señala que hasta el momento han logrado identificar que los principales impactos del proyecto se relacionan principalmente con la mejora de las capacidades personales de los usuarios del recinto.
“Hemos podido observar que el invernadero geotérmico se ha transformado en un espacio de trabajo que posibilita la producción a lo largo de todo el año y que los internos poco a poco, han ido apropiándose de esta tecnología, muchas veces reinterpretando sus conocimientos más tradicionales, y que éstos como una posibilidad de salida productiva una vez en libertad”, indicó el académico.
Asimismo, esta investigación se ha centrado en identificar algunas recomendaciones y opciones de replicabilidad de proyecto en contexto caracterizados por altos niveles de vulnerabilidad social y condición de privación de libertad.
“La iniciativa desarrollada en el CET fue innovadora porque fue única en la región y contó con una alto componente de participación de la comunidad, generando instancias formativas de apropiación tecnológica, lo que poco a poco ha ido impactando positivamente tanto, en la comunidad de internos e internas, como en el equipo de Gendarmería”, agregó el académico.
Para el Mayor Walter Muñoz Barría, jefe Unidad de CET Valle Verde, poder sistematizar la experiencia e identificar los aprendizajes de este proyecto es fundamental.
“Es tremendamente relevante y significativo poder sistematizar el aprendizaje que ha generado la implementación de este proyecto, ya que fueron los propios internos los que trabajaron en su construcción e implementación, y la Universidad de Aysén ha cumplido un rol de acompañamiento importante, a través de sus profesionales, a quienes desde ya agradecemos su trabajo, esta iniciativa nos ha permitido fortalecer nuestros programas de reinserción, impactando positivamente a los usuarios, pero también al resto de la población penal, ya que gracias a la colaboración de la universidad, se han realizado charlas a los internos para entregarles lineamientos generales para el inicio de actividades e implementación de un modelo de negocio, el que es aplicable a cualquier área productiva de interés de los usuarios, entregándoles herramientas concretas para abrirse camino en el medio libre y poder enfrentar la vida en sociedad”, indicó el Jefe del CET Valle Verde.
Finalmente, el académico de la carrera de Trabajo Social destacó que la ejecución de este proyecto posiciona tanto a la carrera como al Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades en el ámbito de la evaluación y sistematización de proyectos de intervención social y tecnológico en la Región.
“Desde el departamento es muy relevante ir instalando una línea de investigación en torno a las dimensiones socioculturales del cambio tecnológico, esto tiene distintas expresiones y una de ellas es el aporte que hace la geotermia en la región y nuestro diagnóstico es que muchas veces estos procesos tienen solo un énfasis tecnológico, muchas veces ingenieril, y a esos énfasis hay que agregarle una dimensión sociocultural. Asimismo, es importante posicionar al departamento y a la Universidad como un actor capaz de participar en proyectos de evaluación de distinta índole a nivel regional, ya hemos trabajado con Indap en esta misma línea. Por lo tanto, es importante ir instalando a la universidad como una institución que tiene las competencias y capacidades para desarrollar este tipo de trabajo”, finalizó el académico