Un importante desafío enfrenta el equipo de científicos y científicas del proyecto Nodo Ciencia Austral, ejecutado por la Universidad de Magallanes, la Universidad de Aysén, Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) e Instituto Chileno Antártico (INACH). Quienes deberán poner en valor la Hoja de Ruta co-diseñada durante el año 2021 e implementar una serie de acciones que permitan hacer frente a las brechas que limitan el desarrollo científico-tecnológico en la Macrozona Austral y que fueron levantadas en la etapa de diagnóstico. Este es el propósito del proyecto “Fortalecimiento de Nodos para la Aceleración del Impacto Territorial dela CTCI 2021”, adjudicado recientemente por las cuatro instituciones ejecutoras y financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
En ese contexto, el Director del proyecto, Dr. Juan Carlos Aravena, explica que “los nodos de ciencia son iniciativas de ANID que buscan que los mismos territorios organizados en estas cinco macrozonas, diseñen, discutan y planifiquen el desarrollo de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación. Como fortalecimiento o como refuerzo para este trabajo del segundo año, ANID ha dado la posibilidad de que los Nodos accedan a fondos adicionales”.
En esta nueva etapa del Nodo Ciencia Austral se trabajará en tres ejes de acción con el fin de robustecer el ecosistema de CTCI de las regiones de Aysén y Magallanes y la Antártica Chilena. El primero es el diseño de un sistema de gobernanza en esta materia que contrarreste el problema de fragmentación y fomente la articulación de los actores en la Macrozona. El segundo apunta a desarrollar el concepto de ciencia abierta para democratizar el acceso a la información de CTCi, con actividades co-elaboradas que buscan construir capital social e incrementar el impacto territorial. El tercer eje de acción consiste en fortalecer las capacidades de gestión de iniciativas científicas, a través de la elaboración de una cartera de proyectos priorizados según los resultados de la Hoja de Ruta del proyecto Nodo Ciencia Austral.
Todas estas acciones -destaca Juan Carlos Aravena- se espera que confluyan en una mayor participación de los actores claves y en la apropiación por parte de las comunidades de estos temas. Además de propiciar la generación de un espacio de gobernanza permanente de CTCi en la Macrozona Austral, que reúna a representantes de la academia, sectores productivo, social y público, para desarrollar iniciativas que favorezcan una vinculación territorial efectiva y sostenible en el tiempo del ecosistema científico-tecnológico.
Desafío 2022: Ciencia Abierta
La falta de acceso a la información científica generada en universidades e institutos técnicos regionales hacia las comunidades de la Macrozona Austral, es una de las brechas y desafíos que permitió identificar el diagnóstico levantado por el proyecto Nodo Ciencia Austral.
“Para abordar este tema, se decidió trabajar en el desarrollo del concepto de Ciencia Abierta, con objeto de democratizar el acceso a la información de CTCi. Se seguirán las recomendaciones de la UNESCO, que facilitarán un proceso más abierto, accesible, eficiente, democrático y transparente del desarrollo y difusión, en concordancia con los objetivos de desarrollo sostenible, los instrumentos internacionales de derechos humanos y de protección de los derechos de los pueblos indígenas”, relata Dra. Trace Gale, Investigadora del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP) e integrante del equipo de Nodo Ciencia Austral.
Para poder trabajar el concepto de Ciencia Abierta, comenta Gale, se dará énfasis a acciones como educar y sensibilizar a los actores interesados, a través de seminarios, conferencias, charlas, pasantías y visitas internacionales. También se buscará estandarizar los procesos de registro y difusión de las instituciones miembro del NODO, elaborar acuerdos interinstitucionales específicos para la Ciencia Abierta; y disponer de una plataforma de visualización vinculada al sitio web del NODO, entre otros.