“Los antibióticos fueron toda una revolución” comenzó señalando el Dr. Opazo en relación al descubrimiento y sucesiva producción industrial del primer antibiótico de uso masivo en la historia: la penicilina. “Fue un alivio para personas que sufrían enfermedades como la sífilis, o gonorrea. Y sobre todo si iban al pabellón, que era casi una sentencia de muerte porque se infectaban, con cualquier bacteria. Pero con los antibióticos ya no pasaba, y la gente comenzó a usarlos masivamente” comentó.
Opazo también recordó que entre los años 50 y 60 se descubrió y diseñó la gran mayoría de los antibióticos que seguimos usando hasta el día de hoy, explicando que “a partir de la penicilina se comenzaron a generar múltiples antibióticos, de diferentes familias, que funcionan de distintas formas, para distintos patógenos y distintos tipos de infecciones”.
Sin embargo, el charlista enfatizó que a partir de entonces el mal uso de antibióticos de uso humano, dentro y fuera de los hospitales, y también de aquellos de uso animal, en salmonicultura o crianza de animales, ha ido desarrollando en las bacterias una peligrosa multirresistencia que llevó a la OMS a declarar esta problemática como una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.
“La gonorrea por ejemplo se podía curar en 4 horas gracias a la penicilina, pero en la actualidad la penicilina no tiene ninguna actividad sobre esa enfermedad. No se usa como terapia porque sus cepas son resistentes. Este cambio se dio en 60, 70 años” alertó el especialista.
Opazo Capurro explicó que el fenómeno de la multirresistencia ocurre porque las bacterias tienen el poder de diseminar su resistencia de forma horizontal o vertical. “Los antibióticos lo que hacen es matar a bacterias susceptibles, sobreviviendo solo aquellas que son resistentes. Y las bacterias resistentes se van multiplicando, y además pueden transferir esta información genética a otras que son susceptibles” comentó, puntualizando que “este fenómeno ocurre cada vez que usamos antibióticos, y con esto no estoy diciendo que no los usemos. El tema es cómo y cuándo usarlos”.
El experto aseguró que esta diseminación ocurre permanentemente, en hospitales y en la comunidad. “Además estamos eliminando antibióticos al ambiente. Así como nosotros nos movemos, lo hacemos con nuestras bacterias resistentes, y esto no es solo un problema de movilidad humana, sino también animal. Hemos detectado bacterias resistentes en pingüinos en la Antártica, en aves migratorias, por lo tanto es un problema global que requiere esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas” expuso el investigador.
Una amenaza global
En el 2017, la OMS elaboró una lista que incluye las bacterias multirresistentes que despiertan mayor preocupación. “Esta lista tiene como principal objetivo estimular a la industria farmacéutica en el desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas” comentó Opazo. La lista incluye en alta prioridad bacterias como Helicobacter pylori y Salmonella spp, y como prioridad crítica a Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacteriaceae, bacterias para las cuales “prácticamente no tenemos antibióticos” señaló el doctor. “Uno de los grandes problemas aquí es el tema económico, por los años y la cantidad de plata que se invierte para generar una molécula antibiótica. No resulta atractivo para las farmacéuticas ” lamentó Opazo.
“Si no hacemos nada, de aquí al 2050, se estima un total a nivel global de 10 millones de muertes asociadas a infecciones causadas por bacterias multirresistentes, que es más alto de lo que a ese año mataba el cáncer a nivel mundial” enfatizó.
Dentro de las medidas para enfrentar este problema, el Dr. Opazo comentó que a nivel de salud pública “es necesario poder generar una epidemiología de vigilancia, principalmente de los linajes predominantes y elementos móviles que puedan estar relacionados con la aparición de bacterias resistentes”. Además, observó que es importante generar alianzas entre hospitales, laboratorios y profesionales de diferentes disciplinas para dar a este problema una mirada integral.
“En la actualidad se adoptó el enfoque de Una Salud (One Health) que además del tema hospitalario, se comunica con la producción animal, con las plantas de tratamiento, con la salud del ecosistema. Este problema nos está afectando a todos, porque básicamente los antibióticos están en todas partes, y es importante conocer la importancia del correcto uso de estos fármacos desde una mirada que integre y dé una mirada amplia de sus impactos”, concluyó el especialista.
El Dr. Opazo se presentó en la sala A3 del Campus Río Simpson el jueves 30 de junio, en una charla abierta a todo público, invitado por el Laboratorio de FIsiología Celular y Metabolismo de la Universidad de Aysén y organizada por la Dirección de Investigación.