El superintendente de Educación, José Miguel Salazar, visitó la casa de estudios para contextualizar a la comunidad universitaria del marco en el que se desarrolla el proceso de investigación que están llevando adelante.
Recalcando la importancia que tiene la Universidad de Aysén para el desarrollo de la región, el superintendente se reunió con los equipo directivos de las rectorías entrante y saliente, además de sostener conversaciones con las jefaturas de departamentos, directiva de la Asociación de Funcionarios, funcionarias, académicos, académicas y representantes estudiantiles, para dar a conocer a todos los estamentos universitarios involucrados, el contexto del proceso de investigación que la Superintendencia de Educación Superior (SES) está desarrollando respecto de la delicada situación que vive la universidad.
José Miguel Salazar, superintendente de Educación Superior, destacó el rol fundamental de la casa de estudios regional. “Para mí es hoy día imposible pensar la Región de Aysén sin que tenga una universidad estatal dedicada a sus necesidades. Por lo tanto, creo que todo el aparato público, todo el Estado tiene que hacer un esfuerzo decidido por apoyar a la universidad a atravesar esta situación en que se encuentra, de manera exitosa y asegurar su sustentabilidad y su desarrollo en el largo plazo. Es un proyecto demasiado importante para el desarrollo de la Región de Aysén, como para que todos tengamos que hacer los esfuerzos que sean necesarios para que esta institución salga adelante”, señaló.
La rectora de la UAysén, Natacha Pino Acuña, destacó la importancia de comprender el contexto de esta fiscalización y acoger las sugerencias que permitan la sustentabilidad del proyecto educativo. “Se van a requerir cambios profundos, con el compromiso de todas y todos quienes hacemos la Universidad de Aysén, para fortalecer la eficiencia en el uso de los recursos, mejoras de procedimientos, priorizaciones y definiciones estratégicas. En ese sentido, el superintendente dejó en claro que no es una posibilidad que la universidad deje de existir, por lo tanto se va a requerir trabajar fuertemente en cómo hacemos para alcanzar esa sustentabilidad”, indicó.
Además, el superintendente recalcó que “hay una predisposición de todas las fuerzas vivas de la universidad de enfrentar este proceso con diálogo, respeto y de manera participativa en la construcción de soluciones que nos permitan de verdad alcanzar consensos para avanzar en una agenda estable en el tiempo”.