Sebastián Ibarra González
Académico Trabajo Social
Universidad de Aysén
Coordinador Regional de la Red de Pobreza Energética
La región de Aysén se nos presenta actualmente como un laboratorio socio-natural con enormes desafíos, pero también como un espacio para la innovación basada en la evidencia científica. Probablemente, el ámbito energético es uno de los campos que presenta mayores desafíos para la región, ya que en él se conjugan elementos tecnológicos, socio-culturales, económicos y ambientales. Tal como se plantea en la Hoja de Ruta Energética de la región (2017) la meta es lograr una matriz eficiente y sustentable que cubra las necesidades de todo el territorio y que logre articular dos objetivos: por una parte, potenciar las actividades productivas y el desarrollo económico, y por otra, proteger los ecosistemas y la salud de la población. El camino para alcanzar esa meta aún es largo. La percepción ciudadana es que la energía eléctrica es costosa y con un suministro de baja calidad en algunas zonas de la región. Además, las condiciones climáticas exigen un alto consumo de energía para la calefacción, siendo la leña el recurso más utilizado. El consumo de leña de baja calidad, en calefactores ineficientes y en viviendas con baja o nula aislación térmica ha llevado a que los principales centros poblados enfrenten problemas ambientales. Según estimaciones de la Red de Pobreza Energética, alrededor de un 25% de los hogares en Coyhaique presentan un gasto excesivo en energía. Esto implica que los hogares deben sacrificar la satisfacción de otras necesidades básicas producto del gasto en energía.
La gravedad y urgencia de estos desafíos exigen el desarrollo de nuevas formas de abordar los problemas y desarrollar soluciones, en las que se articulen coherentemente los distintos actores de la sociedad: la academia, los tomadores de decisiones, la sociedad civil y el sector privado. Para esto, desde la academia se requiere el desarrollo de una investigación situada, que permita reconocer las particularidades y definiciones culturales sobre estos desafíos en los distintos territorios. Asimismo, se debe avanzar hacia un pensamiento científico que vaya más allá de la lógica de la causalidad y que aborde la complejidad de los problemas desde la lógica de una red de elementos humanos y tecnológicos interdependientes. En el ámbito de los estudios de la energía esto significa que los problemas no son sólo técnicos o ambientales, sino que también tienen un componente socio-cultural, lo cual exige el desarrollo de investigaciones inter y transdisciplinarias. Finalmente, se vuelve indispensable el desarrollo de un conocimiento científico que traspase los espacios de la academia y que permita el empoderamiento ciudadano y la toma de decisiones sobre la base de evidencia. Estos son los principios que inspiran la organización del Seminario “Desafíos socio-ambientales en la región de Aysén”, que organizan conjuntamente la carrera de Trabajo Social de la Universidad de Aysén y la Red de Pobreza Energética, a realizarse el próximo 12 y 13 de agosto en la ciudad de Coyhaique.