La Universidad de Aysén se encuentra en un momento crucial para su desarrollo. La región ha sido testigo de la crisis que la afectó y que ha generado dudas sobre la continuidad de su proyecto.
Junto con ello, la fuga de jóvenes hacia otras regiones para alcanzar sus sueños y cursar sus carreras universitarias, no es solo una pérdida para nuestro territorio, es también una opción que solo algunos pueden ejercer. Es por eso que la Universidad de Aysén nació para acoger en su propia región a personas que tienen enorme talento y que hoy están desarrollando sus procesos formativos ligados a este maravilloso territorio.
En esta relación de mutua necesidad, la universidad requiere más que nunca el apoyo total de su región. Como contraparte, ello impone a la universidad devolverle la mano a su región, con aportes no sólo en la formación de su juventud, sino también en el perfeccionamiento y capacitación de sus habitantes. A su vez, está comprometida a contribuir desde sus capacidades para abordar los desafíos de este territorio, tanto en lo social como en el desarrollo productivo y en la innovación que cada día se hace más necesaria.
El tremendo potencial que significa para un territorio contar con una universidad estatal se puede observar en varias regiones del país.
Debido a las condiciones particulares de esta gran región, en especial por su geografía y demografía, el desarrollo de su universidad no puede estar atada al “mercado de estudiantes”. El esfuerzo por sacar adelante la universidad requiere de un compromiso permanente y de largo aliento de todos los actores de esta región: el gobierno regional, sus parlamentarios, la sociedad civil y el mundo productivo.
En conversaciones con muchas personas, se puede palpar el convencimiento de la importancia y necesidad de que la región cuente con nuestra universidad en plenitud. Este convencimiento debe traducirse en un apoyo concreto al avance de este proyecto.
Hoy tenemos una oportunidad para reencauzar el proyecto universitario de la región. Un proyecto que nace de las demandas de la propia comunidad, como una luz de esperanza para los pioneros, sus hijos, hijas, nietos y nietas. No podemos dejar que, luego de todo el esfuerzo que se ha puesto en esta universidad, su futuro se ponga en riesgo. Por ello, le pido a sus habitantes y a nuestra comunidad, poner el futuro de la universidad en sus corazones y prioridades. Esta crisis es la oportunidad de fortalecer los mutuos lazos entre la región y su universidad.
Estamos trabajando en distintos ámbitos, siendo uno de los más estratégicos el desarrollo de un nuevo campus que contará con instalaciones modernas y equipadas con tecnología de última generación. Además, estará diseñado para ser un espacio sostenible y respetuoso con el medio ambiente. La construcción del nuevo campus es un proyecto fundamental para el futuro de nuestra institución. Este nuevo espacio permitirá a la universidad ampliar su oferta académica, mejorar la calidad de la enseñanza y la investigación, convertirse en un polo de desarrollo para la región y permitirá a la universidad seguir creciendo y fortaleciéndose.
Es fundamental que todos nos unamos para apoyar a la Universidad de Aysén en su camino hacia el futuro.
Juan Pablo Prieto Cox
Administrador Provisional