A propósito de la reciente nominación del "Agente Topo" a los mediáticos premios Oscar, es que surge la siguiente reflexión, que nos lleva no solo a cuestionar la "emotividad" con la cual abordamos los problemas sociales, sino también el modo, de cómo respondemos institucionalmente frente a la creciente desigualdad en nuestro país.
"El Agente Topo" peli-documental que visibiliza una realidad oculta en nuestro país y en nuestra sociedad, pone de manifiesto el eminente abandono, precariedad y soledad en el cual viven hoy en día los adultos mayores en Chile. Las políticas públicas, instrumentos de intervención del Estado y de los Gobiernos de turnos, pasivas y retóricas parecen estar vacías de contenido, mirando con distancia una realidad que se torna cada vez más aguda.
Sabemos que hoy nuestro país está experimentando un fenómeno demográfico conocido como "transición demográfica", que se traduce en el hecho que nacen menos personas y las que nacen alcanzan edades cada vez mayores, incidiendo de manera directa en el aumento de la esperanza de vida de las personas. En ese marco han surgido iniciativas legislativas que buscan normar la "cuarta edad", legalizada a través de la Ley 21.144, promulgada el 01 de marzo de 2019, que modifica la Ley 19.828 que crea el Servicio Nacional del Adulto Mayor. Esta Ley introdujo como grupo etario y por ende destinatario de las políticas de vejez a la cuarta edad, constituida por personas que son mayores de 80 años. Sin duda avances importantes en términos legislativos para este segmento de la población. Sin embargo, es importante preguntarse después de ya casi dos años publica la Ley que reconoce este nuevo grupo etáreo ¿qué políticas públicas se han diseñado para resguardar los derechos de las personas de la cuarta edad? ¿Cómo las políticas públicas se constituyen en instrumentos de intervención del Estado y de los Gobiernos de turno capaces de dar respuesta a las necesidades de los adultos mayores y así efectivamente a través de su implementación garantizar el cumplimiento de sus derechos y bienestar mínimos?
Nuestra sociedad se encuentra en un proceso de cambios profundos y estructurales, por lo tanto debemos cambiar y avanzar hacia la forma de cómo abordamos los problemas sociales en Chile, la caridad, la lástima, la emotividad, la compasión, que suelen ser momentáneos mientras dura la lamentable exhibición de la desigualdad, deben ser agentes transformadores para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa, que desarrolle una mirada crítica frente a la vulneración de derechos de las personas que no han tenido las mismas oportunidades en la vida. Para ello es necesario avanzar en el diseño de políticas públicas eficientes, coherentes, descentralizadas y con pertinencia territorial que permitan dar respuestas reales a las personas mayores asegurando de manera integral una vejez digna.