La instalación de los nuevos gobiernos regionales surge como una gran oportunidad para que las universidades establezcamos lazos y planes de trabajo conjunto en pro del desarrollo de los territorios a lo largo del país, es el momento indicado para avanzar a paso firme por la tan anhelada y necesaria descentralización, estableciendo y construyendo una relación que permita y asegure un trabajo colaborativo permanente entre universidades y gobiernos regionales.
Esta es, sin lugar a dudas, la oportunidad para hacer las cosas de una forma distinta, reconociendo en primer lugar que la nueva autoridad regional, electa democráticamente y sus equipos, es con quien debemos conversar, reflexionar y diseñar. Ya no es posible llegar con iniciativas prediseñadas desde la academia, debemos ser capaces de mostrarnos disponibles para conjuntamente establecer ese marco de colaboración y seguramente será distinto en cada uno de nuestros territorios: ¿Qué necesitan los gobiernos regionales?, ¿cuáles son sus urgencias?, ¿qué tenemos las universidades para entregar?.
Debemos avanzar hacia la definición de un espacio de co-creación, pensar juntos y juntas y, de alguna forma, velar por la coherencia de este proceso de instalación de la nueva institucionalidad. Fortalecer la relación, generar una agenda de trabajo y mecanismos que permitan dar respuesta oportuna a los requerimientos identificados, son muchos los temas y áreas en que las universidades tenemos -y debemos- aportar en esta alianza estratégica entre gobiernos regionales y locales y las instituciones de educación superior.
Por ejemplo, el pasado 20 de mayo se realizó la primera sesión del Comité Especial de Desarrollo Regional del Consejo de Coordinación de Universidades del Estado. El propósito de este organismo es "colaborar con el desarrollo de las regiones de nuestro país, aportando capacidades técnicas que apoyen el proceso de instalación de la nueva institucionalidad regional y la elaboración de las estrategias de desarrollo de cada uno de los territorios".
Este comité tiene la oportunidad de ser una herramienta disponible para las y los gobernadores regionales, cumpliendo un rol articulador entre ellos y las universidades, consolidando una instancia relevante de colaboración desde la generación de conocimiento y contribuyendo a los temas de futuro, como son la implementación de políticas públicas en el marco de competencias del gobierno regional, alineando los planes de desarrollo de las universidades con las respectivas estrategias regionales, promoviendo la investigación científica y tecnológica y articulando el desarrollo de la educación superior en concordancia con el medio ambiente territorial.
De esta manera, las universidades podemos colaborar y aportar desde distintos ámbitos, por ejemplo, a través de estudios, asistencia técnica, diseño e implementación de políticas y estrategias, equipos académicos y profesionales, fortalecimiento del capital humano y el análisis que permita identificar y priorizar el traslado de las competencias para ser transferidas a los gobiernos regionales, entre otras.
Estamos disponibles, al servicio, co-creando. Finalmente, avanzar en este proceso de instalación de los gobiernos regionales es una tarea de todas y todos los actores que queremos una mejor región, más desarrollada y por sobre todo, un Chile descentralizado.