La Universidad de Aysén forma parte del Observatorio de la Descentralización en el Sur Austral (ODSA), un espacio de trabajo colaborativo entre cuatro universidades regionales del CRUCH (la Universidad Austral de Chile, Universidad de Los Lagos, y Universidad de Magallanes), orientado a examinar el proceso de descentralización que está implementando el país, con un foco en la zona sur austral.
Como tal, ha participado en el debate sobre procesos de descentralización regional, participación ciudadana y debate constitucional. Hace algunas semanas, esta plataforma participó de una audiencia ante la Comisión de Descentralización, Equidad y Justicia territorial de la Convención Constitucional con una propuesta para fomentar la participación ciudadana de las regiones en este proceso.
Otro aporte desde esta red académica es una agenda de observaciones en torno al proceso de instalación de gobernadoras y gobernadores electos, con el fin de generar evidencias para la discusión pública. La revisión de prensa de los primeros 60 días de mandato en las cuatro regiones, muestra una instalación exitosa y proactividad de las autoridades para reclamar ante la similitud de roles y funciones entre gobierno regional y delegaciones presidenciales en el territorio regional, consecuencia de las reformas legales aprobadas en 2017 y 2018.
El análisis de contenido realizado muestra que no existen mayores conflictos entre las autoridades en esta primera etapa, pero las declaraciones detectadas apuntan a que se debe mejorar la reforma “ya sea con medidas que impulse el gobierno, o que las demandas sustantivas para profundizar la descentralización sean consideradas en la discusión constitucional.”
La discusión sobre el traspaso de competencias, funciones de gestión y coordinación regional, es una prioridad entre los y las gobernadoras del país. A esto se suman varias incertidumbres; como es el presupuesto disponible -que ha presentado vaivenes desde el ejecutivo en los últimos meses- y la conformación de los nuevos consejos regionales que se elegirán en noviembre de este año.
La instalación de las nuevas autoridades regionales involucra desafíos de orden político y técnico orientados a generar una gobernanza que incluya participación ciudadana para la construcción del desarrollo territorial e identidad cultural como base de la sostenibilidad (Flores Murillo , 2007) , junto con definir los instrumentos a utilizar para promoverlos.
Asimismo, existe una agenda aún más urgente para las nuevas autoridades regionales, afincada en un proceso que la región debe abordar para consolidar, proyectar su rol territorialmente y generar una cultura territorial propia.
Para esto, cada gobierno regional debe desarrollar una inteligencia estratégica territorial (Perea-Medina y otros, 2018), entendida como el desarrollo de capacidades para generar información y análisis de base para la elaboración de políticas públicas. Esta inteligencia estratégica territorial no refiere solamente a levantar información técnica para tomar mejores decisiones, sino que un rol esencial de las y los gobernadores es gestionar, coordinar capacidades, redes y saberes de los territorios para construir plataformas que sustenten y movilicen capacidades para producir cambios, basados en las necesidades y la identidad de los territorios.
Instancias como los Comités regionales de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo facilitan la tarea, pero no agotan las oportunidades que ofrece sumarse a redes diversas (ej. la asociación nacional de gobernadores/as), realizar alianzas con Instituciones de Educación Superior, Centros de pensamiento y/o investigación o el apoyo en insumos generados desde plataformas como el Observatorio de Descentralización del Sur Austral del que forma parte la Universidad de Aysén junto a otras Instituciones de Educación Superior regionales.
El camino recién comienza….