Nuestro sistema escolar refleja en sus brechas educativas la profunda desigualdad que afecta a la sociedad chilena. Contribuir a reducir esas brechas en nuestros estudiantes es un objetivo que la Universidad de Aysén se ha fijado tanto para facilitar su desempeño universitario como para apoyarlos en dar el salto en sus historias personales que significan los estudios superiores.
De allí que asumimos como una de nuestras responsabilidades no sólo poner a disposición nuestra oferta académica, sino que también acompañar a las y los estudiantes durante toda su trayectoria educativa, especialmente cuando se les presenten dificultades. De lo que se trata es de construir condiciones más abarcadoras y nutritivas que la sola formación tradicional, lo que significa hacer todo que institucionalmente sea posible hacer para que nuestros alumnos y alumnas progresen en sus estudios y puedan egresar efectivamente de sus carreras.
Esa responsabilidad y ese compromiso en acompañar a los estudiantes se expresa en el desarrollo de un conjunto de estrategias que permitan entregar herramientas que ayudan a los estudiantes a aprender mejor, a formarse como profesionales y, junto con ello pero aun más allá, a desarrollarse como personas plenas, miembros de una comunidad y ciudadanos de un país que deposita en sus profesionales una alta expectativa.
La Universidad de Aysén se hace cargo tempranamente de este reto y por ello es que hemos impulsado, ya por tercer año, un amplio proceso de inducción dirigido a los estudiantes de primer año. Así, durante el mes de enero y las dos primeras semanas de marzo, se da a conocer a las y los estudiantes nuevos una oferta de apoyos y respaldos que hemos elaborado en la Universidad y que apuntan en la dirección de facilitar sus estudios.
Sabemos que existe una distancia importante entre la cultura y las prácticas de los establecimientos de los cuales provienen los estudiantes y la cultura universitaria. Por ello, como casa de estudios buscamos generar un puente entre esas dos realidades, que ayude a los jóvenes a integrarse al mundo nuevo al que han ingresado, donde deberán cursar ramos con un mayor grado de complejidad, donde su autonomía personal es ya un dato y no algo por venir y, por lo mismo, deberán responsables de sus estudios, con sus aciertos y fracasos, y donde tendrán que interactuar y trabajar en equipo con personas distintas y desconocidas.
Además, este proceso de inducción permite que las y los estudiantes conozcan el funcionamiento de la universidad, sus procesos básicos, su marco normativo e institucional y su estatuto de derechos y deberes. Asimismo, y luego de aplicarles un test de diagnóstico en áreas de matemática, lenguaje y ciencias, los jóvenes asisten a talleres para poder actualizarse o nivelarse en algunas áreas en las cuales existan más brechas. Por último, nos preocupamos en la inducción del desarrollo de vínculos y de convivencia con sus compañeros y compañeras, implementando actividades recreativas orientadas a ese fin.
Uno de los sellos de la UAysén es su compromiso con la inclusión y con el ejercicio pleno del derecho a la educación. Nuestros estudiantes están ejerciendo precisamente ese derecho al ingresar a nuestros campus y aulas. Ellos se han matriculado y sus familias han puesto muchas esperanzas en este proceso.
Por nuestra parte, nos hacemos responsables de proporcionarles las herramientas para que el derecho a la educación tenga efectivamente sentido y se pueda concretar. No hacerlo sería ejercer un derecho retórico y vacío de materialidad.