Haydée Domic Tomocic
Directora de Vinculación con el Medio, Universidad de Aysén
Entre el 2 y el 13 de diciembre, Chile será sede de la Conferencia sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas COP 25, órgano de decisión supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas frente al Cambio Climático, integrada por 197 países (incluida la Unión Europea) que se reúnen anualmente para abordar la acción mundial frente al cambio climático. Chile se hace cargo de este desafío y asume ser la Sede y la residencia de este evento durante el presente año. En el marco de los preparativos para COP 25, la semana pasada se efectuó en La Moneda una reunión de Universidades y Centros de Investigación invitados por los Ministros de Medio Ambiente y Ciencias, Carolina Schmidt y Andrés Couve, respectivamente, para promover la participación de la comunidad científica en este encuentro mundial y hacerlo extensivo a las regiones, territorios y ciudadanos. Una reunión de este alcance e importancia debería ser un hito histórico que contribuya a reafirmar el compromiso de trabajar en la mitigación y adaptación al cambio climático, creando conciencia en cada uno de los habitantes de que podemos ser constructores de un futuro mejor para el planeta y nuestro país. Se debe asumir en plenitud el carácter vulnerable de Chile en este terreno, siendo Chile un país que reúne siete de los nueve criterios de vulnerabilidad al Cambio Climático enunciados por la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC): areas costeras de baja altura, zonas áridas y semiáridas, zonas de bosque, Territorio susceptible a desastres naturales, Zonas urbanas con contaminación atmosférica, áreas propensas a sequía y desertificación y ecosistemas montañosos. A ellos se suman, los que nuestro país ha querido relevar tales como los océanos, la Antártica, la electromovilidad y fuentes renovables de energía; la economía circular, ecosistemas y bosques y biodiversidad De esos siete criterios nacionales, nuestra región cumple al menos con cinco de ellos y, al respecto, debemos tomar conciencia de lo que resulta posible de abordar y lo que no es posible. Por lo mismo, debemos trabajar en los dos pilares, la mitigación y la adaptación a nivel local. En el país, y en particular en nuestra región, debemos hacer una contribución sustantiva desde la academia para sensibilizar e involucrar a la población en todos sus niveles, y para actuar en la perspectiva de un desarrollo sostenible. En esa línea, la Universidad de Aysén prepara su 4ª Escuela de Invierno, Piensa Patagonia-2019 a realizarse entre el 22 y 27 de julio, cuyo tema transversal es precisamente cómo nos ocupamos como ciudadanos y ciudadanas, de la mitigación y adaptación al Cambio Climático. En este sentido, ya hemos abierto un concurso de plástica, cuento y fotografía para público escolar en que la temática debe ser el Cambio Climático. Asimismo, la escuela se desarrollarán talleres y cursos para los niños, niñas y jóvenes; nuestras tradicionales caminatas y las charlas magistrales, en un formato foro, en temas como comunidades resilientes, biodiversidad, glaciares y océanos; terminando con una feria a la que están invitadas las instituciones y comunidades que ya han estado trabajando para tener un futuro mejor en la región.